Este sutil análisis al respecto, refiere estos dos términos tan fuertemente unidos y a la vez tan opuestos en sus significados y acciones, que vale al menos unos instantes pensar en ellos para intentar discernir y crear al menos un razonamiento coherente.
Antes de comenzar, debemos dar una idea sobre el significado de éstas palabras que componen el título de esta nota. Después de consultar distintas y variadas definiciones sobre estos vocablos, logramos identificar algunas ideas aproximadas. Cuando hablamos de “Predación – Depredación”, hacemos referencia a la acción de una especie determinada de características y hábitos alimenticios carnívoros que caza -depreda- a otra especie (presa) para su subsistencia. En otro punto, cuando hablamos de “Inconsciencia”, lo hacemos de alguna forma peyorativa ante la acción y actitud de un individuo de actuar irracionalmente, de forma imprudente, sin tener en cuenta los posibles efectos que pudieran sucederse.
Ya teniendo una simple idea de cada aspecto podemos entrar en tema.
La predación es una característica inherente a la especie humana entre muchas otras especies. La depredación causada por el hombre contemporáneo si bien debe considerar sin excepción como una de sus finalidades la alimentación para subsistencia, está claro que no compromete la supervivencia del mismo en la mayoría de los casos. Dicha predación es practicada bajo distintas “técnicas” embanderadas como prácticas deportivas. A esto mismo no se lo puede considerar “ni bueno, ni malo” ya que es una forma que tiene el hombre de canalizar sus impulsos naturales de la manera más civilizada si me permiten el término… Dejando de ser bueno cuando no es acompañado por estudios previos sobre ecología de las poblaciones que determinen la viabilidad de subsistencia de las especies sin comprometer las cadenas alimenticias y nichos ecológicos de un ecosistema determinado. Lo que inevitablemente causaría desordenes ambientales de relaciones e interrelaciones entre especies, ocupación de nichos ecológicos por especies no nativas, alteración de cadenas tróficas, migración de especies de distintas características, hasta la desaparición definitiva o extinción de muchas otras.
El “riesgo” (proximidad de un daño o peligro), está presente cuando la predación actúa tan fuertemente unido a la inconsciencia que atenta contra la existencia y la armonía natural de las especies y sus interrelaciones. La ausencia de estudios previos, la falta de controles serios, la falta de educación, egoísmo, o la misma inconsciencia por parte de quienes lleven adelante actividades deportivas relacionadas, son las causas que llevan a un ambiente al colapso definitivo.
La depredación como actividad natural del hombre, implementada y controlada correctamente, acatando reglas y normas surgidas por estudios exactos, constantes y firmemente confirmados previamente, no debe ser motivo de asombro; es la naturaleza misma del hombre (practicada por unos y no por otros) puede ser aceptada o no, pero debe ser respetada; llevada a cabo con razonamiento, educación, interés en la protección ambiental y consciencia, lo que permitirá mantener ecológicamente poblaciones estables, disminución y/o eliminación de especies invasivas o no nativas comprometedoras, procurando un ambiente sano y en equilibrio.
La inconsciencia es el peor enemigo de los recursos naturales. La falta de la razón en estos temas trae aparejado desastres inimaginables; los cuales no solamente tienen que ver con las prácticas de predación sino con el accionar diario de la especie humana, en su afán por economizar, agilizar, desechar, extraer y consumir los recursos sin razonamiento aparente.
El cómo actuamos día a día, el respeto por el otro y por el medio ambiente, es lo que nos define. Nuestras acciones desde el aprovechamiento o desaprovechamiento de los residuos que generamos, el tratamiento que les damos, la disposición de los mismos y nuestro comportamiento frente a estas actitudes pueden causar efectos muy beneficiosos o infinitamente más dañinos que los producidos por la misma predación. La consciencia y el conocimiento relacionado a temas ambientales son fundamentales en todas las jerarquías y esferas sociales.
Finalmente, todas nuestras acciones quedan ligadas a la sustentabilidad de nuestro entorno, somos los únicos responsables de mantener en equilibrio el medio ambiente del cual vivimos y disfrutamos, donde no debe sorprendernos la predación del hombre bien legislada, controlada y ejecutada, sino que debe sorprendernos la inconsciencia, la arrogancia, el desconocimiento y la falta de controles sobre los daños que se pueden producir en cualquiera de nuestras acciones cotidianas si no se toman los recaudos necesarios basados en el conocimiento previo de los recursos naturales que nos rodean. Tomar medidas eficientes y actitudes serias ante estos temas nos garantizan el derecho a un ambiente sano y equilibrado satisfaciendo las necesidades presentes sin comprometer a las generaciones futuras.
Autor: Jorge Barranco. Analista en Gestión Ambiental.
Fotografías: Jorge Barranco.
Edición: Jorge Barranco.
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